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El deseo de Lola

Una madre que quería estar presente en la boda de su hijo, a pesar de las dificultades de su enfermedad.

Llegamos a su hogar y nos recibió arreglándose, radiante y lista para lucir hermosa en un día tan especial. Con todo el cuidado del mundo, la acompañamos a la Ermita, donde desde la primera fila pudo ser testigo de un momento inolvidable para su familia.

La felicidad en su rostro y su sonrisa quedarán grabadas para siempre.

Gracias de corazón a la familia por su calidez, a su enfermera Mar y a los acompañantes que, con su apoyo, hicieron posible que viviera este momento tan especial.

¡Una experiencia que jamás olvidaremos!