Valentina tiene 94 años, vive en Alcorcón, en una residencia de mayores, donde su hija la cuida con esmero y dedicación.
Valentina lleva años en Alcorcón, arropada por su familia, pero desde hace tiempo tiene un sencillo y profundo deseo; volver a Maguilla, su pueblo natal.
La recogimos en su residencia donde nos recibió con una sonrisa radiante del brazo de sus nietos.
En el camino a Maguilla nos envolvió con historias vividas y recuerdos familiares que brotaban de su memoria. Al llegar a su casa le esperaba su familia con ilusión y amor, ansiosos por compartir momentos con ella en la que había sido su hogar durante décadas.
Durante su estancia en el pueblo Valentina fue el centro de atención, recibiendo visitas de familiares y vecinos que la rodeaban con cariño y admiración.
Cada reencuentro estaba lleno de risas y lágrimas, momentos emotivos que llenaban el aire de alegría y nostalgia.
Tambien recorrimos juntos algunos rincones del pueblo, y en cada lugar brotaba alguna historia, un suceso que había marcado la vida de algunos de los suyos.
Después de almorzar llegó el momento de la despedida, regresamos con Valentina a su residencia, se despidió de nosotros con un gran beso y una sonrisa enorme, prometiendo no olvidar jamás ese fin de semana.
En ese momento supimos que Valentina había encontrado un pedacito de cielo en Maguilla, rodeada de los suyos y bañada en recuerdos y amor.