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El deseo de Tere

El amor se hizo presente de una forma profunda y verdadera. Tere, acompañada de su familia y rodeada de cariño, vivió un día lleno de alegría, luz y emociones sinceras. Fue un regalo ver el brillo en su mirada al compartir la comunión de su sobrino Samuel, un instante en el que el alma se siente en paz y el corazón rebosa gratitud.

Gracias a la inmensa labor de los voluntarios de Ambulancia del Deseo, que con tanto corazón hicieron posible este sueño. Gracias al equipo médico del Rosell, cuya generosidad permitió que Tere saliera del hospital y viviera este momento tan anhelado. Si alguna lágrima rodó por sus mejillas, fue una lágrima de felicidad pura, de sentirse viva, libre, rodeada de los suyos.

Hoy no solo celebramos una comunión, celebramos la vida, el amor que une, la esperanza que nunca se apaga. Tere nos dio una lección de fortaleza y dulzura: que incluso en medio de la dificultad, la felicidad encuentra caminos para florecer.