Hay deseos que parecen sencillos, pero encierran todo un mundo de emociones…
A las 10 de la mañana recogimos a José Mariano en la séptima planta del HUVA. Su mayor ilusión era volver a casa, aunque solo fuera por unas horas, para reencontrarse con su compañero inseparable: Tripi, su perro de 13 años, su “nene”.
Al llegar, le esperaban su hermana, su sobrino y su familia.
Desde el rellano de la escalera llamó a Tripi, que bajó corriendo, lleno de alegría.
El reencuentro fue indescriptible: lamidos, caricias, lágrimas y una felicidad que llenó el aire. Durante una hora, José Mariano y Tripi se fundieron en un abrazo que decía mucho más que las palabras.
De regreso al hospital, su mirada era distinta: serena, agradecida, consciente de que había podido vivir un momento único. También aprovechó para encargar a su familia pequeñas gestiones, con la tranquilidad de quien sabe que ha cerrado un círculo importante.
Gracias a todos los que lo hacéis posible: familias, voluntarios, profesionales sanitarios. Porque los Deseos también forman parte de los cuidados.