Desde Jerez hasta El Puerto de Santa María, emprendimos un viaje muy especial con un único propósito: cumplir el deseo de Inma.
Su mayor ilusión era visitar a su hijo y poder compartir con él unos momentos de cercanía, cariño y reencuentro.
Continuamos nuestra ruta hacia un lugar que anhelaba volver a ver, la playa de Valdelagrana.
Allí, todo estaba preparado con mimo y dedicación gracias a El Ayuntamiento de El Puerto de Santa María, a Protección Civil y a la Policía Local de esta localidad, quienes nos esperaban con los brazos abiertos, dispuestos a hacer de ese día algo inolvidable.
Inma, por su estado de salud, no puede caminar sola, pero eso no fue impedimento para que pudiera sentir el agua del mar, la brisa en su rostro y la emoción de un día diferente.
Solo con ver su expresión, su sonrisa en la residencia y su alegría en la playa, sentimos que todo el esfuerzo valió la pena.
Son momentos como estos los que nos llenan el corazón y nos recuerdan por qué hacemos lo que hacemos.

