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El deseo de Antonio

Un amante de la navegación que, debido a su enfermedad, se encontraba encamado en el hospital y llevaba años sin poder salir a disfrutar del agua.

Gracias al esfuerzo de todos, logramos hacer posible lo imposible: llevarlo al embalse de San Juan para que pudiera volver a vivir esa experiencia que tanto amaba.

El momento más emocionante fue verlo al timón, rodeado de su familia y con una sonrisa que hablaba por si sola. Fue un día lleno de emoción, cariño y recuerdos que quedarán para siempre.

Gracias, a su familia por el buen trato, a la Fundación 38 Grados y a Carlos, que nos prestó su barco, porque entre todos, pudimos hacer su deseo realidad. Y sobre todo gracias a Antonio por recordarnos la fuerza de los sueños.