Hemos tenido el grandísimo honor de ayudar a las Hermanas Oblatas a cumplir el deseo de Marianita, tras meses ingresada en el hospital. Su mayor anhelo era regresar a su país para reunirse con su familia, recuperar sus raíces y sentirse de nuevo arropada por los suyos.
Gracias a la entrega de las Hermanas Oblatas de Murcia y al trabajo incansable de sus trabajadoras sociales, Marta y Marian, este deseo se hizo realidad.
Desde el traslado hospitalario hasta el aeropuerto de Madrid, y finalmente en el vuelo hacia su país natal, Marianita estuvo acompañada, cuidada y rodeada de cariño.
Un verdadero milagro hecho posible gracias a la colaboración, la sensibilidad y la fe en que cada persona merece volver a casa.
Nuestro agradecimiento a todas las personas implicadas por poner humanidad en el camino y permitirnos ser parte de esta historia.
