Ayer pudimos cumplir el deseo de Juana. Volver al lugar donde fue feliz, su lugar favorito del mundo, su casita junto al mar; el sitio de su recreo. Entramos en aquel balcón, abocado al gran azul, un Mediterráneo brillante, intenso, y en ese instante, una sensación de paz y de armonía la inundó.
Nos regaló una sonrisa maravillosa, y percibimos, sin palabras, la mágica conexión que se creó en aquel instante con sus hijas y con el mar. El mar…siempre el mar. Bajamos a la arena, y allí en la orilla, como en otro tiempo, la brisa traviesa desordenaba su pelo, y los rayos de sol acariciaban con delicadeza su rostro. Cuánta belleza. Cuánta paz. Próxima estación destino a visitar a su amor; su marido, que esperaba en la casa familiar; Juana buscó entre sus recuerdos, y logró encontrar aquél donde estaba él, y reconocerlo; allí, rodeados de vecinos que acudían a verla, Juana nos siguió regalando sonrisas.
Fue un día lleno de momentos felices para Juana, su familia y para todos nosotros.Gracias a todos los que participasteis y hacéis que se sume la #EnergiaSolidaria y sobretodo por el apoyo que recibimos del IMAS 
